Rommel, Patton, Montgomery, Eisenhower o Zhukov engrosarían las filas de los grande mitos militares, y sus nombres se popularizaron hasta extremos insospechados. Otros muchos nombres como Von Rundstedt, Von Manstein, Bradley, Auchinleck han pasado a la historia para los más entendidos. En esta categoría destaca con luz propia el general Heinz Guderian, y lo hace no sólo por su aportación en el campo de batalla, sino especialmente como teórico y propulsor de una nueva forma de hacer la guerra basada en la movilidad y la capacidad de fuego. Oficiales como Guderian, Fuller, Liddell Hart y De Gaulle lucharon por hacer ver a sus gobiernos que debían olvidar los preceptos teóricos que impulsaron las carnicerías de la Primera Guerra Mundial para pasar a una forma de guerra mucho más contundente y efectiva. Guderian convenció a Hitler de las bondades de la nueva arma blindada y de su potencial combinado con el poder aéreo. Se creaba la Blitzkrieg, la guerra relámpago. Recuerdos de un soldado son las memorias de este gran militar. Unas memorias que combinan el análisis de estos nuevos conceptos de la guerra con sus experiencias en el campo de batalla. Bebiendo de la tradición de grandes cronistas militares como Julio César, Guderian nos describe con agilidad y precisión las grandes maniobras y la tensión de la lucha, el desarrollo de las batallas y el combate en el Estado Mayor. Son las memorias de un auténtico militar prusiano, un militar fiel a su país y a su Ejército que, tal como se manifiesta en sus memorias, también fue capaz de mantener sus criterios frente al propio Hitler. Más de medio siglo después de que fuesen escritas completan junto con Victorias frustradas de Von Manstein el mejor panorama de memorias sobre la Segunda Guerra Mundial escritas por generales alemanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario